20-N

Hoy, bueno ayer se celebraron las elecciones generales para Presidente del gobierno, esas que no se atrevían a adelantar, a pesar de que las provocaciones fueron constantes, era asumir un riesgo. Aquel riesgo desapareció, se tornó en certeza cuando se celebraron las autonómicas; que al igual que la Guerra Civil española, que sirvió como precedente para la Guerra Mundial. Estas elecciones sirvieron como punto de inflexión, mostrando el descontento del pueblo con el gobierno actual y proporcionado al PP la confianza suficiente para desafiar las reglas adelantando las elecciones.

A partir de hoy comienza una etapa de cambio.... si eso no cabe duda pero a que precio, esto se convertirá posiblemente en nuestro Titanic particular, muy pocos botes para muchas personas. La película de James Cameron muestra de una manera muy explicita la situación española. Un grupo de dirigentes nos mandan, y durante un tiempo todo va bien, el ladrillo sube y todos somos felices, todos queremos subirnos al carro para poder pillar nuestro trozo de tarta. Luego, como le ocurre siempre al ser humano pretende estirar la gallina de los huevos de oro hasta el punto de no alimentarla y dejarla morir, entrando la nueva temporada de recesión.

Al igual que en el Titanic, no quisieron ver el iceberg, hasta que no estuvo delante de nuestras narices, hasta ser capaz de sentir el frío en nuestros huesos. Una vez que se estrella todos se asustan y comienza el sálvese quien pueda. Y como ocurre siempre en esta sociedad hay demasiada gente para tan pocos botes. Dada ya la voz de alarma se busca al culpable, pero sin pararse a pensar que no es sólo uno, son una serie de factores que se suman y provocan la catástrofe. El dueño del barco que sueña con aumentar los ingresos demostrando la velocidad y poderío del mismo, y como no el capitán del barco quien también desea ver incrementada su fama intentando hacer historia. Ambos esconden el riesgo del nuevo trayecto elegido, conociendo la posibilidad de estrellarse.

Una vez estrellado sólo se desea echar la culpa a alguien en vez de buscar soluciones, convirtiendo un gabinete de crisis en un maldito pulso para ver quien queda mejor. Uno intentando echar balones fuera y otro rechazando las posibles soluciones, todo para ver más hundido a su enemigo. Tanto uno como otro tienen un comportamiento de niño pequeño, como dos hermanos que se pelean por ver quien a roto el jarrón.

Volviendo al tema de quien paga esto, seguiré con mi metáfora. Pocos botes, que por supuesto se lo llevan los mismos. Todos pensamos que son las mujeres y los niños (sanidad y educación), pero no. Los botes se llenan con los ricos, se llenan a medias, dejando demasiado sitio libre que podía ser ocupados por otras personas, todo por el ansia de salvarse a toda costa sin importar quien caiga en el camino.

Ya nos hemos comido el iceberg, solo nos queda esperar que venga alguien con idea. Con la idea de consenso, no creo en el gobierno de todos, nuestra democracia necesita un cambio sí, pero un cambio de mentalidad, la de poner al político al servicio del ciudadano, su objetivo originario. Necesitamos un hombre con la creencia original por la que la democracia fue creada, hacer las cosas mejor para todos. Los políticos deberian ser como el resto de personas, actualmente son seres superiores, que viven en grandes casas y viajan en coches de lujo, cuando lo que necesitamos son políticos humildes, que no se nieguen a juntarse con el pueblo que lo ha elegido en la clase turista. Resumiendo lo que España necesita no es que gobierne el PSOE o el PP, sino que aquellos que nos representan sepan lo que es vivir como un español ordinario.